Los muros que creamos y los que ya existen nos impiden ver más allá de lo que somos, de lo que puede haber.
Nos rodeamos de paredes, que son verdades aprendidas y que pensamos que son absolutas sin apenas cuestionarlas.
Sin embargo, las circunstancias o la voluntad propia nos ofrecen «ventanas de cambio».
La vida nos regala por un instante otro horizonte y se nos brinda lo que se esconde detrás del muro.
Personas anónimas que se cruzan en nuestra vida. Libros que nos inspiran. Grandes pensadores o nuestros queridos profesores. Todos ofrecen generosamente su visión, su ventana.
Otras veces, son las propias circunstancias de la vida las que nos dirigen a ver otros paisajes y nuevos horizontes.
Sea cual sea la causa de tu ventana de cambio,
Te deseo mucha atención para reconocerlas y valor para mirar a través de ellas.
Un fuerte abrazo,
Miguel